La OCDE y el G8 llevan a cabo su cometido??? Según:Jennifer Franco

¿Cumplen sus funciones y logran sus objetivos establecidos las organizaciones como la OECD y el G8?

A mediados del siglo XX se produjo un nuevo enfoque en el tratamiento de las relaciones económicas internacionales con el objetivo de organizar y desarrollar los intercambios de bienes y servicios, facilitar los reglamentos internacionales, armonizar las economías nacionales y crear comunidades económicas que engloben las economías nacionales. Las organizaciones económicas internacionales se ocupan además, de estudiar las relaciones económicas desde una perspectiva internacional, a través de los mecanismos de mercado y mediante sistemas de organización multilateral.
Así pues, se crean organizaciones funcionalistas como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, etc; que buscan la cooperación entre las naciones.
Por un lado encontramos una organización de cooperación internacional, OCDE, que con el fin de promover el bienestar tanto económico como social de las personas en el mundo ha establecido políticas encaminadas a prestar ayuda a los países subdesarrollados, no dejando de lado las políticas económicas para la expansión y el progreso del nivel de vida en los países miembros a través del fomento de acciones en campos como la enseñanza, la tecnología, la mano de obra, entre otros. En realidad, la OCDE actúa como centro de decisión que coordina las políticas de los países ricos y dirige su presión sobre otros organismos internacionales.
Esta organización fue fundada en 1960 con sede en Paris, conformada por 34 estados que incluyen los países más avanzados y desarrollados del mundo con economías de mercado que producen 2/3 de todos los bienes y servicios del mundo representando el 80% del PNB mundial .

De otra parte, vemos que existe otro grupo de países industrializados que poseen relevantes características políticas, económicas y militares a escala global, se trata del G8 que está conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia. Inicialmente se conforma como un grupo de seis potencias mundiales en 1973 ( Estados Unidos, Japón, Alemania Occidental, Italia, Francia y el Reino Unido). Tres años después paso a ser de 7 miembros cuando se incorporo Canadá en atención a la necesidad de cooperación y coordinación de las potencias económicas. Posteriormente se dio la integración de Rusia en 1998 con pleno derecho de participar en todas las discusiones de carácter económico y financiero.
A pesar de que el G8 no es una organización internacional, la finalidad de los miembros de este grupo es analizar el estado de la política y las economías internacionales e intentar unificar posiciones respecto a las decisiones que se toman en torno al sistema económico y político mundial; además han ido buscando soluciones y estrategias para afrontar los problemas que se detectan en función de sus propios intereses.

Estas organizaciones -G8 y OECD- plantean unos objetivos que se centran principalmente en problemas globales como es el caso del G8 que ha discutido problemas relacionados con el petróleo, además se ha hablado de problemas comunes a nivel mundial como la seguridad global, la paz en el Medio Oriente, la pobreza, iniciativas de reducción de la deuda o las ayudas en lucha contra las enfermedades infecciosas como el sida o la malaria.

Sin embargo, estas organizaciones han fracasado en el intento por promover un mundo más sostenible económica y socialmente ya que de antemano están los intereses particulares, lo que conlleva a un detrimento de la estructura social basada en engaños y actos corruptos; tal es el caso del G8 que hizo promesas en 2005 de ayuda por 25 mil millones de dólares en la lucha contra el hambre en África cuando solo se aportaron 11mil millones de dólares, según el informe contable que hizo en Deauville (localidad francesa) el G8 falsifico las cifras para cubrir su rastro; “si el G8 hubiera cumplido sus promesas de ayuda podrían haber escolarizado a todos los niños y pagado los salarios de 800 mil comadronas en África. Estos son los verdaderos costes de su falta de acción” .

Igual sucede con el compromiso que habían hecho los miembros de la OCDE como parte del plan de acción de Bruselas de 2001de conceder entre el 0,15% y el 0,20% de su ingreso nacional bruto para ayudar a los países menos adelantados en 2010, por su parte en el 2006 únicamente ocho países miembros del Comité de Asistencia para el Desarrollo de la OCDE habían cumplido sus compromisos mostrando un desfase por 33.000 millones de dólares.

Es aquí cuando analizamos los hechos sobre las actuaciones de estas organizaciones que nos damos cuenta que muchas de ellas con gran disponibilidad de recursos, buena calidad de vida y aparente liderazgo para fomentar el desarrollo económico y social de los demás países, no se muestran transparentes y no tienen la capacidad suficiente de cumplir con sus objetivos de armonizar las economías nacionales de tal manera que mejore la calidad de vida principalmente de los países menos desarrollados y que puedan tener una independencia económica; tal como lo afirma la portavoz Emma Seery de Oxfam –Confederación Internacional con el fin de erradicar la pobreza y la injusticia- acerca del compromiso y la actuación del G8 cuando tergiversó las cifras de ayuda para África “Hace dos años, aplaudimos el compromiso del G8 de aumentar su responsabilidad y transparencia, pero con esta reducción y la creación de estos espejismos han dejado por los suelos las expectativas que teníamos en los líderes mundiales”, declaró Seery.
No podemos dejar de admitir que el proceso de institucionalización de la economía internacional que se dio a mediados del siglo XX ha conseguido construir un sistema de colaboración internacional sin precedentes en la historia de la humanidad, pero hace falta que los organismos internacionales sean más fuertes y tengan la capacidad de comprometerse a redistribuir globalmente los beneficios del desarrollo humano para contrarrestar los desequilibrios de la globalización.