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lunes, 3 de octubre de 2011

La OCDE y el G8 llevan a cabo su cometido??? Según: Diana Bolivar

¿Cumplen sus funciones y logran los objetivos establecidos las organizaciones como el G8 y la OCDE?

El Grupo de los Ocho se refiere a las naciones más industrializadas que tienen poder en el sistema económico internacional, y debido a su composición y su forma de actuar, ha recibido bastantes críticas desde el momento de su creación.
Inicialmente fueron Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Alemania y Japón que iniciaron como el G5 en 1973, y después cuando se unieron Italia y Canadá, se formo el G7 en Puerto Rico en 1976 como respuesta a la necesidad de cooperación y coordinación de las potencias económicas. El ingreso de Rusia al grupo se dio paulatinamente, hasta que se integro formalmente en 1998, formando el G8. Esta institución no tiene las bases de un tratado internacional, ni una estructura autónoma, ni secretariado, y su actividad parece ser informal.
Este grupo tiene una peculiar composición (lo conforman las naciones más poderosas económicamente con suficientes recursos para llevar el liderazgo económico) e independencia burocrática. Incluso con el buen liderazgo que estas naciones han tenido a la hora de estabilizar el sistema económico, han recibido críticas, pues se ha llegado a pensar en el G8 como un grupo exclusivo con falta de representatividad. Su independencia burocrática se basa en que se desarrolla como foro de discusión, se presenta una descentralización a la hora de tomar decisiones, y cuenta con una importante relación con las Organizaciones Internacionales.

Por otro lado, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) tiene como fin promover políticas para mejorar el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo, a través de trabajo en conjunto por parte de los gobiernos de sus 34 estados miembros para solucionar problemas económicos, sociales y ambientales. Esta organización fue fundada en 1960, su sede central se encuentra en París, y agrupa a los países más avanzados y desarrollados del planeta, que proporcionan al mundo el 70% del mercado mundial y representan el 80% del PNB mundial. Esta organización se dedica a analizar y comparar datos para predecir tendencias y fijar estándares internacionales en diversos asuntos. Igualmente se ocupa de casos relacionados con la vida de las personas, como impuestos, sistemas escolares, vida de los jóvenes, pensiones, entre otros, a través del comité Consultivo de Negocios e Industria de la OCDE.

Los objetivos planteados por estas organizaciones, y las funciones que realizan para conseguir estos objetivos, se centran principalmente, en el caso del G8, en problemas globales, que van cambiando con los años, por ejemplo, en sus inicios se centraba en el petróleo y la crisis que atravesaba la economía mundial en los años 70; en cumbres sucesivas se ha discutido sobre seguridad global, la paz en el Medio Oriente, la pobreza, la salud mundial, el suministro de agua potable, la reconstrucción de Irak y el calentamiento global.


Según el profesor de London School of Economics, Francisco Panizza, el “G8 representa a las economías europeas y a Estados Unidos, pero tiene una gran omisión que es China…. Tiene una función de intercambiar ideas e información, y marcar líneas de acción. Es una función declarativa y coordinadora. No tiene capacidad de ejecución. Tiene una capacidad muy limitada de tomar decisiones y hacerlas cumplir. Se trata de dar señales sobre lo que sería deseable hacer”. Con esto, nos muestra que el grupo podría ir desapareciendo, pues no tiene la capacidad necesaria de coordinar políticas específicas, y ya no es tan emblemático para el mundo actual.

Esta opinión es compartida por los asistentes a las cumbres del G8, que afirman que son discusiones informales sobre temas de actualidad, y que el grupo no tiene poder de decisión. Sin embargo, del G8 han salido numerosas iniciativas que han agudizado el proceso de globalización económica, y las conclusiones de estas cumbres han terminado en hechos en el FMI, el Banco Mundial o la OMC, como son los planes de Ajuste Estructural, el alivio de la Deuda Externa, aportes millonarios al Fondo Global de Salud para la lucha contra el SIDA y otras enfermedades, el destino del 0.7% del PIB a Ayuda Oficial al Desarrollo, o el apoyo al NEPAD, el programa de desarrollo económico para África que se debía financiar con aportes de los países más ricos.
Sobre la OCDE, sus objetivos incluyen la coordinación de las políticas económicas para el progreso del nivel de vida de los países miembros; ayuda a los países subdesarrollados; fomento de acciones especificas en campos como la enseñanza, tecnología, mano de obra, agricultura etc., y actúa como centro de decisión que coordina las políticas de los países desarrollados y presiona a los organismos internacionales. Esta organización tiene principalmente un enfoque económico, pero se ha extendido a otros campos, como administración pública, asuntos financieros, ciencia y tecnología, economía, agricultura, asuntos fiscales, entre otros.

Sin embargo, frente a estos objetivos, se encuentra la critica por parte de la OCDE Watch, que en su informe del 2010 afirma que los gobiernos de la OCDE han sido incapaces de proteger a los trabajadores, comunidades y medio ambiente de los daños causados por las corporaciones multinacionales. OCDE watch encontró entre los causantes de esta perdida de eficacia a la falta de voluntad política, de potestad sancionatoria y de aplicación coherente de las normas. Y en caso de que la OCDE no ofrezca mejoras a esta situación, la sociedad deberá buscarlas en otro lugar. Según la OCDE Watch, se han presentado casos por parte de ONGs en contra de la OCDE, por violaciones ambientales y a los derechos humanos en países subdesarrollados. Según Joseph Wilde-Ramsing de la OCDE Watch “solo 5 de los 96 casos presentados por ONGs se han traducido en mejoras reales en el comportamiento corporativo... el restante 84% de los casos no han logrado hacer una contribución significativa para resolver el conflicto”. Para las ONGs, las directrices de la OCDE no son adecuadas mundialmente para mejorar las operaciones de las multinacionales, y la sociedad civil en el mundo seguirá presionando para elevar el nivel mundial y el establecimiento de un recurso efectivo para hacer frente a los impactos negativos de las operaciones de las multinacionales.

Por lo tanto, estas grandes organizaciones de países con gran disponibilidad de recursos, con buena calidad de vida y con el aparente liderazgo para promover el bienestar económico y social del resto de países, entre ellos los subdesarrollados, y tratar de menguar los efectos que tienen las operaciones de las multinacionales sobre las personas que tienen relación directa e indirecta con ellas, puede que no tengan la autoridad necesaria, o la coordinación y capacidad de decisiones que se necesita para ello, o simplemente, les falta la voluntad y aplicación eficiente de las normas creadas para estos objetivos.

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